
Cuando cerré los ojos, tuve este último pensamiento: incluso cuando permanezco inconsciente en el sueño, la danza de la vida continuará en el campo silencioso de mi cuerpo dormido, con la misma cadencia que las estrellas allí arriba.
El corazón latirá, la sangre fluirá en las arterias y los millones de átomos que viven en mi cuerpo vibrarán al compás del arpa que se estremece bajo los dedos del gran Maestro.
(Rabindranath Tagore)
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